La Universidad de Santiago del Estero fue sede del Interescuelas, que congregó a más de 4 mil especialistas que reflexionaron sobre temas del pasado argentino, latinoamericano y mundial, además de analizar el desarrollo teórico-metodológico.

Por Marcos Stábile

La memoria popular fue uno de los objetivos con los que se ensañó la última dictadura cívico militar. Las carreras de Historia –el brazo académico y científico de este pulso– sufrió esa impronta devastadora. Las Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia nacieron en 1987 con el propósito de afianzar un espacio de encuentro que volviera a consolidar los lazos entre los especialistas.

Programada para el año pasado y suspendida por la situación sanitaria, la edición XVIII, celebrada del 10 al 13 de mayo en la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE), congregó a más de 4 mil investigadores del país y del extranjero, que participaron de 120 mesas de exposición y debate, atravesadas por cuatro líneas de estudio: Historia argentina, Historia latinoamericana, Historia mundial y una vertiente de desarrollo teórico-metodológico.

El simposio contó con tres conferencias centrales: “A 40 años de la guerra de Malvinas y más…”, “Historiografías en la Argentina. Balances y perspectivas” y “Cómo hacer historia en América Latina desde Argentina”.

“El plan de que se lleven a cabo las 120 mesas en cuatro días significó que treinta de ellas se desarrollaran en forma sincrónica”, explicó la coordinadora de la Licenciatura de Historia de la UNSE, Adriana Medina. A ese ajetreado ritmo, se le sumó la presentación de 32 libros y tres paneles adicionales abiertos para todo público.

Entre los especialistas destacados a nivel nacional estuvieron Gabriel Di Meglio, Darío Barriera, Patricia Funes y Andrea Belén Rodríguez, mientras que Pablo Yankelevich (México), Cristina Moyano Barahona (Chile) y Florencia Peyrou (España) aportaron desde otros países.

Esta edición mostró dos novedades. En primer lugar, se estableció que, de los tres coordinadores de cada mesa, uno podía provenir de algún instituto superior. “Es una manera de darle visibilidad y oportunidades a estas instituciones, para que formen parte de la coordinación de las mesas y para que sus estudiantes participen en calidad de expositores”, destacó Medina al Suplemento Universidad.

Por otro lado, se limitó la cantidad de intervenciones de los participantes a una sola presentación. “Antes era recurrente que una misma persona se presentara con varias ponencias en distintas mesas. Ahora sólo pudieron hacerlo una única vez, para evitar la hegemonía de ciertos grupos. De pronto, una misma persona aparecía en cuatro o cinco mesas, a veces hasta con el mismo trabajo”, comentó.

La Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la UNSE se convirtió, por primera vez, en anfitriona del encuentro, cuyas últimas cuatro versiones se realizaron en las universidades de Catamarca, Mar del Plata, de la Patagonia San Juan Bosco y Cuyo. Durante las Jornadas, se realizaron también las premiaciones correspondientes al IV Concurso de Tesis de Licenciatura, cuyo trabajo ganador será publicado por la editorial de la UNSE.

El intercambio de avances teóricos y de conocimientos específicos de distintos procesos históricos reunió a participantes de todas las latitudes y niveles de formación: estudiantes, tanto avanzados como iniciales, se mezclaron con reconocidos historiadores de todo el mundo, en las instalaciones de la UNSE que, para mayor comodidad de los asistentes, desarrolló sus clases habituales de forma remota.

La presencialidad de estos cuatro días había sido una apuesta arriesgada que acordaron los organizadores durante el diciembre pasado, sin saber cómo estaría el termómetro epidemiológico del COVID-19 durante 2022. Las únicas excepciones contempladas fueron unas pocas ponencias a cargo de investigadores que, por edad, salud o ubicación geográfica –en la mayoría de los casos se trató de residentes en Europa– presentaron dificultades para poder disertar en forma presencial.

“Fue bastante riesgoso, en un momento duro de la pandemia, evaluar la posibilidad que íbamos a tener en mayo de este año para llevar a cabo el evento. Pero en diciembre nos decidimos por la presencialidad plena. El espíritu del Interescuelas es el encuentro. Después de estos dos años, esta era la oportunidad de volver a reunirnos”, subrayó Medina.

Fuente oficial: Pagina 12

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